La pirámide del Escudo

Hace unos días nos acercamos a un sitio que nunca habíamos visitado pero que siempre hemos visto ahí, justo al lado de la carretera en la N-623, en el límite entre Cantabria y Burgos existe una pirámide con historia. Una historia sobrecogedora por todo lo que entraña y que ahora os contamos. Hemos investigado sobre ella y os contamos la historia de como fué.

Aparcamos justo en frente, pegados al cartel que nos da la bienvenida a Cantabria y cruzamos la carretera donde nos encontraremos un cartel que dice que es un coto privado de caza. Una alambrada cierra la entrada, se puede saltar o podemos ir por la derecha que hay un paso que da acceso al terreno. Una avenida nos deja frente al mausoleo, justo alrededor es dónde estuvieron enterrados los cuerpos de los legionarios italianos. Nos encontramos con un paisaje arbolado dónde hace décadas se fraguó una de las batallas más sangrientas que se recuerdan. En la búsqueda de información he encontrado que hasta hace pocos años han seguido encontrando explosivos en activo de la Guerra Civil por toda la zona. Continuamos y ya estamos delante de ella, la sensación en el cuerpo es extraña, entran escalofríos saber lo que pasó en ese lugar y más saber lo que hubo allí dentro.

Este monumento es conocido como la pirámide de Mussolini, (fijarse en la M que preside la pirámide aunque también he visto que puede significar Monumentun), ya que en ella se encontraban enterrados legionarios italianos que combatieron en la Guerra Civil Española en la Batalla de Santander.

Era el año 1.937 y en plena Guerra Civil Española el Puerto del Escudo fue una zona donde dónde se desarrollaron importantes batallas por su alto valor estratégico debido a su proximidad a Santander y más aún tras caer Bilbao en manos de las tropas sublevadas, por lo tanto el objetivo era conquistar Cantabria en el menor tiempo posible. La última, la Batalla de Santander (14 de agosto al 17 de septiembre) donde se enfrentaban los republicanos con el objetivo de impedir la entrada de los nacionales a Cantabria y en la que Mussolini prestó ayuda al General Franco y mandó la División 23 de Marzo. El 17 de agosto de 1937 las divisiones italianas consiguieron tomar el puerto y acabaron con los 22 batallones republicanos que estaban apostados en lo alto del puerto. Lo que pasó en aquel lugar pasará a la historia por ser una de las batallas en las que más muertos hubo.

Una vez acabada la guerra, Franco y el conde Galeazzo Ciano, yerno de Mussolini y ministro de exteriores llegaron a un acuerdo para construir este cementerio. El propio Ciano estuvo presente en el entierro de los legionarios fascistas en 1.939. En su construcción participaron 50 presos que en su momento habían participado en la defensa del puerto del Escudo con el bando republicano. La construcción fue financiada por el gobierno italiano, por lo tanto se consideró que aquel espacio era suelo italiano y que dejó de serlo unos 30 años después, pero no nos adelantemos aún.

La construcción tiene una simbología concreta, ya que la puerta mira al este, por donde sale el sol y simboliza el renacer. Las otras tres caras representan el resto de puntos cardinales. Por fuera tiene una base cuadrada pero por dentro es redondo. En la parte trasera hay un tragaluz en forma de cruz que ilumina las palabras “presente, presente, presente”, que era el lema del fascismo italiano. Cuando pasaban revista y nombraban a un soldado caído en la batalla, el resto respondían con esas palabras.

La pirámide medía 20 metros de altura y estaba construida con bloques de piedra que luego fueron forrados. Y después de esta breve historia decidimos adentrarnos en ella.

El cuerpo siente escalofríos en el momento que uno decide entrar allí y ver lo que está viendo. No es fácil definir lo que sientes cuando ves 360 nichos de un pequeño tamaño y con restos de lápidas por el suelo. Dentro de los nichos nunca hubo cuerpos, los soldados estaban enterrados fuera, junto a la pirámide. Todo esto significaba inmortalidad entre todos los soldados. En sus lápidas se podía observar una cruz, el nombre, a que unidad perteneció y la fecha de la muerte.

En el centro debía haber una especie de altar, ya que ahora mismo quedan los restos de la forma en el suelo como se ven en las fotos.

A los lados se ven dos agujeros con unas escaleras que llevan a una especie de cripta por así decirlo dónde estaban enterrados los doce oficiales que murieron en la batalla. Estos nichos tenían un tamaño normal, por lo que daba a entender que estos cuerpos si que podían estar allí enterrados. En las fotos donde se ven los nichos se puede ver en la parte inferior un pedazo de cruz dibujado en un pedazo de mármol. Esa parte quizá es la que más respeto me dio, bajar por esas escaleras sin saber lo que había debajo era algo que si daba más respeto.

En esta imagen se ve la cruz que os comentaba de los restos de las lápidas.

De nuevo fuera rodeo la pirámide e intento imaginar lo que se vivió en aquel lugar hace más de 70 años. Da respeto saber que allí murieron cientos de personas por una guerra.

La historia de la pirámide sigue y nos lleva hasta 1.971 cuando el destino lleva a familiares y exmilitares de aquella batalla de Santander hasta allí. Venían de Madrid a Santander en autobús cuando este se quedó sin frenos en pleno puerto del Escudo y se despeñó por un barranco. Murieron 11 personas y 23 resultaron heridas. El destino quiso que varios de esas personas que lucharon y consiguieron vivir a aquella guerra, murieron 30 años después en el mismo lugar pero de una forma muy diferente. Da miedo pensar en por que el destino hizo eso, en si tenían que morir allí, es algo que impacta, sobrevives a una guerra y mueres en el mismo lugar en un accidente al que ibas a hacer un homenaje a tus compañeros caídos. Al lugar del accidente se le conoce desde entonces como la curva de los italianos.

El gobierno italiano ante esta situación y el estado de shock en el que quedó todo el país decide trasladar los restos de los militares a Zaragoza, a la torre de la iglesia de San Antonio de Padua.

En la actualidad el estado de abandono es total al encontrarse en una finca privada. Este lugar es recomendable para aquellos que les apasiona la historia ya que te hace viajar en el tiempo e imaginar lo que pasó allí.

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